El mantenimiento de los muebles de terraza es una labor importante para evitar el desgaste del paso del tiempo a causa de su exposición permanente a los rayos UV y las condiciones exteriores. Hoy te damos unos breves consejos para que puedas prolongar la vida de tus muebles de jardín y luzcan en perfectas condiciones tal y como el primer día.
Existen numerosos factores que condicionan la vida de los muebles. Entre ellos, podemos destacar la localización, el tipo de clima y el material con el que están diseñados. Ya que de esto dependerá, principalmente, el tipo de cuidados que debemos prestarles.
El polipropileno es uno de los materiales más resistentes y agradecidos para tus muebles de exterior.
Para mantener los muebles de este material en zonas exteriores en óptimas condiciones, es importante seguir algunos consejos simples pero efectivos. En primer lugar, la limpieza de forma regular puede ser primordial. Para ello, empleamos agua tibia junto con algún detergente suave para en la superficie de los muebles, sobre todo después de épocas de lluvias.
Se deben evitar el uso de limpiadores fuertes o abrasivos que puedan deteriorar el material.
Además, se recomienda proteger los muebles (cuando sea posible) ya que la exposición prolongada a los rayos UV podría decolorar y debilitar el material. Si es factible, coloca los muebles en áreas sombreadas o utiliza fundas protectoras durante el tiempo que no estén en uso.
El ratán sintético tiene una mayor resistencia al roce y a las roturas que el ratán natural. Sin embargo, es un material que no debemos exponer de forma directa al sol o la lluvia. Si los muebles se mojan, sécalos completamente para prevenir la formación de moho.
Se podrían fortalecer añadiendo tratamientos contra el moho o contra los rayos ultravioletas. Para que aguanten más en mejores condiciones.
Evita siempre el contacto con productos químicos abrasivos.
EL aluminio es un material que destaca por su funcionalidad y sus cualidades estéticas. Combina la rigidez mecánica con su ligereza. Presenta una gran resistencia al óxido y a las inclemencias del tiempo. Por lo tanto, requiere un mantenimiento muy básico con agua y detergente neutro.
Eso sí, es sensible a las rayaduras y los productos químicos abrasivos.
El acero puede verse alterado bajo determinados agentes químicos y empezar a presentar en su aspecto pequeñas manchas. Si se coloca en zonas costeras donde hay mucha humedad y contaminación ambiental, con el tiempo pueden aparecer manchas de óxido. Por lo que es recomendable, mantener el material resguardado de sol y lluvia, bajo algún toldo o techado.
Es aconsejable lavarlo periódicamente con agua y limpiarlo con un producto específico. Posteriormente, secar completamente con un paño limpio y suave para evitar manchas de agua y prevenir la oxidación.
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